04 octubre 2006

Tablas

Me desperté lentamente y vi que la cama estaba vacía. Afuera hacia mucho frío, las ventanas estaban cubiertas de vaho como resultado de la interacción térmica entre el interior y el exterior. La nieve del día anterior todavía se hacía notar bien, las carreteras seguramente todavía seguirían cortadas...
Me protegí con el edredón buscando en vano su presencia, -sabía que no estaba, pero... ¿dónde habría podido ir?- Seguramente esté dando vueltas por ahí, el insomnio no la deja dormir pensé. Sin embargo un intenso olor a café y a tostadas me alcanzó. -¡Qué maja, se acordó del desayuno!, lástima que el café no me guste, no me explico cómo la gente no toma té en vez de café, si coloca mucho más...-
La recibí con un festival de besos cuando entro en nuestro nido particular. -Te echaba de menos ahí afuera- me dijo al oido ... y entonces la besé otra vez, y seguía siendo ayer, y hoy, y mañana porque el tiempo por momentos se congelaba, al compás de las bolas de nieve al caer...
Desayunamos tranquilamente. No había prisa, el tiempo se había congelado del todo, como el agua de más allá y para efectos del observador, en este caso nosotros, el espacio no existía más allá de las paredes de nuestro refugio. Cuando acabamos, como no queriamos ser descorteses con el nuevo día que acababa de comenzar, le dimos la bienvenida con mucho amor, seguramente los vecinos de la caseta más próxima (a unos 500 metros) se dieron cuenta del foco de amor que en ese momento estaba siendo nuestra casa, ¡¡increíble!!, -¿te he dicho ya que eres maravillosa, verdad?....-
Pasaron como horas, pero parecían minutos, si fuera por mí me habría quedado allí toda la vida, pero seguramente nos habríamos muerto de amor mucho antes. -¿Sabes que me apetece ahora?... Leer juntos un libro mientras escuchamos música, una interesante historia y música relajante, ¿no te apetece?- Es la idea mejor que podrías haber tenido... Gracias

Y leyeron una novela llamada El lobo estepario, con música de bandas sonoras de fondo: Amelie, Brokeback Mountain, Diarios de Motocicleta, Gladiator, La lista de Schindler, la vida es bella y unas cuantas más...
Después dieron paso a las improvisadas actuaciones: un Hamlet, un loco, il Padrino, Steppenwolf, Güido, Alex ... y ella reía mientras yo hacía el ganso y destrozaba brillantes papeles. Después se cambiaron las tornas y aparecieron en el escenario Escarlata, Amparanoia, un Quijote femenino, la mujer del médico y Alicia en el país de las maravillas.
Luego dimos paso a la batalla y pasamos horas y horas con una compleja partida de ajedrez.

Al final fueron tablas, en el ajedrez y en el corazón, no podía acabar de otra manera...

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

suena a espinita en el corazón...
con ápice de esperanza...

14:09  
Anonymous Anónimo said...

No habría podido definirlo mejor, teresa.

14:19  
Blogger LesTaT said...

Esperanza de que alguna vez ocurra en la realidad y en vez de contarlo poder vivirlo.
Lo de la espinita seguro que es verdad, pero lo ha escrito mi subconsciente, yo no, lo juro, al igual que lo de la nieve, que se está convirtiendo en un lugar común en este muro y no me gusta, tanta nieve no es buena.

22:03  
Anonymous Anónimo said...

me se de un bulbo que tiene que ser plantado....

es época no? jajaj algo dijiste!
avisame!

14:21  
Blogger Unknown said...

Bienvenido de nuevo, Jerry. Te estuve esperando en Berlín...

Un abrazo ibérico!

03:17  
Anonymous Anónimo said...

al final...siguen siendo tablas.. en el corazón y en la vida...

todo esto no hace más que hacerlo interesante

22:30  
Blogger LesTaT said...

"Yo no jugaba para no perder, tu hacías trampas para no ganar", ya lo dijo Sabina.
Mientrás ese principio se superponga a los demás no habrá ningún problema y no dejará de ser interesante, el problema es cuando la probabilidad de encontrar el momento tienda a cero para un punto determinado.

04:20  

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