La balsa de piedra

Seguro que cada uno tenemos nuestro lugar en el mundo, por muy lejos que esté siempre habrá algún sitio (o más de uno) en el que nos sintamos llenos, felices, en los que no nos agobiemos y querramos pasar el resto de nuestros días. Yo no lo he encontrado, ni mucho menos (es el mismo caso que el medio melocotón), pero voy buscando, ensayo-error que se dice en ciencia. Vengo de un lugar que temporalmente creo que se va a convertir en "mi lugar". Sí, el del río, esa pequeña balsa de piedra que flota. Es como una sala aislada de todo, lejos de la ciudad, lejos de la gente, pero sin embargo ahí mismo, a dos pasos de la civilización. Por las noches no hay ni un alma, y si te pones a escuchar, a pesar de los ruidos de coches lejanos, hay una especie de silencio que envuelve el lugar. No me voy a poner místico ni romántico, porque ambos sabemos que no lo conseguiría, y tampoco es mi propósito, pero realmente en el sitio se respira paz y tranquilidad, dos cosas que dificilmente se pueden encontrar por ahí. Todo se mueve rapidamente, y a unas velocidades extremas, lo que estaba desaparece en un cerrar de ojos. Quién tuviera un mando de esos de televisión para el mundo y pudiera reducir la velocidad de éste, o incluso pararlo en determinadas situaciones y ponerse a pensar las acciones venideras. Es imposible, pero bonito pensarlo, como muchas cosas. Como la balsa de piedra, citando y plagiando al gran Saramago, romper las cuerdas que la tienen atada y viajar a la deriva en ella por el río Tormes. Con un poco de constancia, habilidad y suerte (que es lo más importante) acabaríamos en el Atlántico, y que nos quiten lo bailado por el Duero y las tierras de Portugal. Sería gracioso vernos, seguro que saldríamos en las noticias (no hay cosas más interesantes que contar). Ya veo los titulares: Tres colgados borrachos comienzan un trepidante viaje por el Tormes-Duero hacia el Atlántico. No se saben sus intenciones ni revindicaciones, pero se les ve que se lo están pasando muy bien. Y eso en el fondo es lo que importa, ser feliz sin mirar con que o con quién. Curiosa frase conclusioria de un post cuanto menos surrealista y plagiador. Pido perdón a Jose Anaiço, a Joana Carda, a Pedro Orce, a Joaquim Sassa y a Maria Guavaira(es curioso este último nombre, siempre me hizó gracia). Por cierto, acabo de ver que se ha hecho una película del libro, y encima protagonizada por Federico Luppi. Nunca te irás a la cama sin saben algo nuevo.