04 julio 2006

K A O S

Regresé! Después de unas semanas en completo aislamiento en mi castillo de cartón particular. Ajedrez, Saramago, Mundial, cuántica, ondas y malabares, nada más. Relaciones humanas 0, salvo aquel encuentro tan peculiar en un parque a mitad de camino entre dos puntos insignificantes del universo. Somos polvo y en polvo nos convertiremos (y entretanto si se puede echar un polvo mejor que mejor) (¡pero que burro de verdad!, te estás asilvestrando demasiado Miguel, esas conversaciones con el palo te dije que no te traerían nada bueno....). Nada, que el pueblo no ha traído nada nuevo, nunca nos entenderemos entre nosotros. Esta última frase podría ser el resumen de unas cuántas horas de coversaciones de borrachos, que todas unidas llegarían a días. Eso si, detrás de ella hay un amplio trasfondo, que viene a demostrar que todo, todo, todo, absolutamente todo es relativo. Dependemos tanto de nuestras condiciones iniciales y de nuestro entorno que da miedo pensar en que una infinitésima variación de cualquier parámetro nos podría convertir en algo totalmente opuesto a lo que somos... Sí, ya sé que mucha gente ha hablado de esto, pero es que es verdad: el KAOS nos controla, ¡¡somos siervos de sus deseos!!.

Como tengo poco que contar, que lo cuenten los demás por mí, espero que no me acusen de plagio, porque es un gran parrafo lo que vilmente he copiado, espero que no me denuncien. Yo me tapo los oidos y yasta, medio mundo hace eso y no pasa nada...

"No sé porqué vuelvo. No tiene sentido volver después de 8 años, casí 9... volver a un lugar que ya no existe. Sigo haciendo cosas sin pensarlo demasiado, sin medir las consecuencias , más o menos como vos. Las leyes de la genética no fallan diría mamá. Cuando le dije que me venía me miró como si estuviera enfermo, pero no hizo preguntas. Entendió menos cuando le dije que volvía mañana, que ni siquiera me iba a quedar una noche... entendió menos o entendió todo, con la vieja nunca se sabe. Para qué voy a gastar guita en hótel, el micro llega por la mañana temprano y se va a las 10 de la noche, tengo 12 horas de viaje hasta Buenos Aires para apolillar y casi todo el día para pedalear unos cuantos kilómetros y tratar de saber porqué vine. Turista no soy, los paisajes no me emocionan, de la gente conocida no queda casi nadie, amigos ninguno, a lo mejor vengo sólo para hablar un rato con vos, para contarte algunas cosas que me pasaron, para decirte lo que pienso hacer. Estoy en una edad de mierda en la que estás obligado a tomar decisiones y justamente lo que menos tenés ganas de hacer es tomar decisiones. No te preocupes, no vengo para saber quién es mi padre, ni para conocerte realmente, ni para descubrir tus zonas oscuras, no va por ahi la cosa. Siempre fuiste un tipo transparente, sólido como una pared, pero transparente, y si a veces no te entendía no era culpa tuya, no era culpa mía tampoco. Era muy chico para entender algunas cosas. Cuando empezé a entender las cosas de los mayores fué porque sin darme cuenta había dejado de ser chico. A lo mejor vine para acordarme de todo lo que pasó aquel invierno, me gustaría conocer tu versión. Yo conozco sólo parte de la historia. Algunas cosas las viví, otras las escuché o las espié. A lo mejor vine porque me dí cuenta de que se me estaban borrando y me dió bronca. No se puede ser tan imbecil, hay cosas de las que uno no puede olvidarse, no tiene que olvidarse, aunque duelan."

(Adolfo Aristarain - Un lugar en el mundo)